Qué es la Tarima de madera natural
La madera natural para exteriores es aquella que, de forma natural, es apta para la intemperie. Se trata de especies de madera muy resistentes a la humedad, hongos, insectos, fuego e incluso al desgaste del sol.
Tarima de madera natural: Gran durabilidad
Son especialmente demandadas para el uso de tarimas, revestimientos de pared y estructuras de exterior. Aún y ser muy resistentes, si nos ocupamos de hacerles un mínimo mantenimiento con tratamientos protectores, aseguraremos una larga vida.
Resistencia a la intempérie
Las más habituales son la de pino y las maderas exóticas. La madera de pino es la más económica y está tratada con autoclave, un proceso químico que asegura mayor resistencia.
Características técnicas
- La madera natural Ipé es una especie tropical considerada de las mejores maderas tropicales que existen gracias a sus características y propiedades. Su color va desde un marrón amarillento a uno marrón más oscuro y tiene un grano entre fino y medio, lo que hace que este tipo de madera aporte una estética fina y sofisticada. Por otro lado, su densidad y dureza hacen que no flote en el agua, hecho que, junto a las altas concentraciones de ácido tánico, hacen que tenga una gran durabilidad y resistencia contra insectos y hongos. Además, la madera Ipé también tiene una gran resistencia al fuego.
- La madera natural Cumaru, también conocida como teca dorada, es una madera procedente de Brasil naturalmente duradera con una densidad muy similar a la de la madera Ipé. Cumaru es muy resistente a la putrefacción y a la descomposición, hecho que la convierte en una excelente opción para aplicaciones exteriores. No sólo dura mucho tiempo, sino que tiene la belleza de una madera dura de interiores. Tiene un aspecto muy natural y elegante, con anillos muy marcados y es muy resistente a la humedad y a los hongos.
- La madera de pino es la madera más utilizada y conocida, ya que hay en abundancia y es muy versátil. Aunque no destaca en ninguna calidad, tiene una buena combinación entre resistencia, flexión e impregnabilidad. Así pues, la madera de pino no ofrece demasiada resistencia a los habituales agentes degradadores que encontramos en el exterior, pero puede ser fácilmente tratada para una mayor durabilidad y está muy recomendada para revestimientos exteriores de paredes. El tratamiento más habitual es el autoclave, que permite obtener una madera apta para exteriores de forma más económica.